Confesiones de hojalata

Bienvenidos

Querido lector,

Tras un tiempo de sequía, vuelvo con más historias. Pero esta vez, diremos adiós a nuestro ‘Tejado de Cinc’ (porque, como me dijo mi amigo Javi: «la verdad es que no sé escribir cinc»), y damos la bienvenida a ‘Confesiones de Hojalata’. Leer más

Esto es el elefante en mi cabeza. El esqueleto del armario. Mi humilde estudio sobre la vergüenza. Ajena y propia.

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«Le vendeur» que yo vi

Veo la cabeza de un reno muerto apoyada sobre la nieve, llena de sangre. (No, mejor rebobino). Estoy corriendo y me escuecen los ojos. (Tampoco. A ver, que me explique). Leer más

De cómo casi tuve un mono

¿Sabes esa sensación de llevar toda la vida creyendo que te pasó algo increíble, pero según pasan los años resulta menos probable que fuera real? Pues yo estaba convencida de que de pequeña casi tuve un mono. No porque me pusiera pesada y se lo rogara a mis padres. Yo me hubiera conformado con un hámster. Casi tuve un mono porque mi padre quería uno. Y hoy se me ha ocurrido comentarlo. Leer más

Maldito karma

Yo no creo en el karma. Me gusta el concepto armadillo que ha sido cruel y baja al eslabón del gusano, pero nunca lo había aplicado a mi vida. Hasta hoy. Anoche vi una película sobre unos atletas que se entrenaban a morir durante todo el año para lograr el oro en un dramático campeonato final por televisión. Leer más

“Reciclamos para… blablabla”

Aún no sé por qué lo hice. No es importante, ni el daño causado fue grave. Lo que me inquieta es no entender del todo las razones que me impulsaron a actuar de esa manera. He oído que el ser humano es cuerpo y alma, mente y cuerpo, racional y emocional… Incluso que las partes del cerebro se dividen en casillas. Pero existe una cosa rarita en el ser humano, aspectos chusmeros que ocurren de vez en cuando que no sabes explicar. Leer más

«The little white fence»

Llevaba un tiempo dándole vueltas. Debo decir que soy una experta en inventarme excusas para mantener tranquila mi conciencia. Como no la tengo controlada del todo, en realidad lo que hago es construirme una valla mental alrededor de ella. Imagínate una de esas verjas bajas de madera blanca, muy americanas. Las famosas little white fences. Leer más